viernes, 6 de mayo de 2011

Información desde el punto de vista religioso

Por otra parte, desde el punto de vista religioso la eutanasia es un acto repulsivo e intolerable ante los ojos de Dios, ya que Él es el único creador de la vida humana, y desde la perspectiva de la Iglesia, solo Él puede dar y quitar la vida a los seres humanos; es decir, la vida tiene un valor de carácter inviolable impuesto por Dios. Asimismo, “la eutanasia y el suicidio asistido, ya sea aceptado por el paciente o no, son crímenes abominables contra la humanidad” y “lo que un paciente que se quiere suicidar necesita, no es que le faciliten el suicidio, sino que le brinden amor, solidaridad y una verdadera ayuda médica”. (Vida Humana Internacional, 2000, párr. 5). Además de esto, si una persona sea cual sea su condición, opta por suicidarse de algún modo, será condenada al sufrimiento eterno puesto que “ningún hombre posee el derecho de quitar la vida, excepto cuando Dios a delegado esa autoridad” (Perry, 2008, párr. 6) e iría en contra de la Ley Santa de Dios, la cual indica que si un ser humano se suicida, será condenado eternamente.
Respecto a esto, “la eutanasia activa –suicidio asistido- no es un respeto a la libertad de la persona, sino la decisión de un tercero –legislador o juez- sobre qué vida merece la pena ser vivida” (Anónimo, 2011, párr. 2), lo cual es a su vez un acto de discriminación hacia las personas que sufren enfermedades, ya que su vida es clasificada según la utilidad y la calidad que ésta tenga. Por otra parte, también desde el punto de vista bioético la eutanasia es mayormente una llamada de auxilio y no debe ser tomada del todo como una decisión concreta y bien estructurada. Esto se debe a que “con frecuencia el shock inicial del diagnóstico y el temor al proceso de la enfermedad pueden ser impactantes” (Perry, 2008, párr. 8), lo cual privaría en ese momento a las personas de pensar con lucidez y de tomar la decisión correcta, sin darles la oportunidad de afrontar su nueva realidad y, si se aplicara la eutanasia en estos casos, podría causar una terrible carga de conciencia a los familiares que la aprobaron.

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